Cámara de Zaragoza
Farmacias: cronología de un desgaste
El domingo 17 de junio de 2012, en la Asamblea anual del Colegio de Teruel, recuerdo que nos preguntábamos si el 1 de julio se establecería el copago farmacéutico que recogía el RDL 16/2012, tal y como había anunciado la ministra. Hasta esa fecha nadie sabía nada. Para nuestra sorpresa la noticia se confirmó y la última semana de junio, las farmacias, a contrarreloj como siempre, y a nuestra costa, tuvimos que adaptar los sistemas informáticos para este trascendental cambio. El primer día de julio estábamos cobrando a los ciudadanos el copago que le correspondía a cada uno.
Sobra decir que la farmacia fue la que tuvo que explicar esta polémica media, ardua tarea que todos recordamos y muchas veces aun colea. Como muestra de la capacidad de respuesta de la red de farmacias, comentar que la Administración tardó más de seis meses en devolver el exceso de copago cobrado a los ciudadanos.
Ese verano fue la confirmación de una etapa de desgaste para la oficina de farmacia ya iniciada en 2010, que ha ido calando más y más hasta unos límites que adquieren hoy niveles próximos a la saturación. De hecho, en el segundo semestre de 2012 entró en vigor otra medida que volvió a exigir un enorme esfuerzo a la oficina de farmacia. Me refiero a la desfinanciación de medicamentos. De nuevo la farmacia dando la cara ante otra impopular medida.
Tanto el copago como la desfinanciación, además de las sucesivas bajadas de precios, son las medidas que han colocado al gasto en medicamentos como adalid del ahorro de la sanidad, siendo esta partida la que ha supuesto el 77% de los recortes, a costa de la cadena del medicamento: básicamente industria, distribución y oficina de farmacia. Es la partida más fácil, solo hay que sacar la tijera. Un ahorro a costa de la farmacia y de los ciudadanos, que nada tiene que ver con una mejor y más eficiente gestión.
En octubre de 2012, en plena caida “a plomo” de la facturación de las farmacias, recuerdo una llamada de teléfono que me anunciaba que la Consejería de Sanidad retrasaba la fecha de cobro de la factura de los medicamentos y, además, ese mes no nos iba a pagar. A los 20 días que tardamos en cobrar había que añadir otros 30 días suplementarios. Según nos dijeron, se tomaba esa decisión por temas del cumplimiento del déficit y por problemas de tesorería, asegurando que era una medida transitoria y puntual, que se normalizaría durante el primer trimestre de 2013. Por lo tanto, la gestión de tesorería se convertía en un problema añadido para los farmacéuticos, que debían ocuparse ahora de financiar esa demora.
Aquellos, cierto es, eran tiempos complicados, no solo en el ámbito autonómico, también para el Estado. España se encontraba al borde de la intervención, la prima de riesgo llegó a los 600 puntos básicos y la banca rozaba el colapso. Sin olvidar a los siniestros “hombres de negro” venidos de Europa y metidos día sí, día no, en los despachos. Incluso se temió que podía romperse la zona euro. Era, sin duda, una situación complicada.
Durante el año 2013, siguieron actuando las bajadas de precios de los medicamentos junto al resto de medidas ya mencionadas. De vez en cuando se recordaba la puesta al día de esos pagos tan necesarios para las farmacias, pero parece que aquellas promesas de retomar los cobros en el mes de marzo se habían olvidado. Las farmacias seguimos, a día de hoy, financiando ese mes extra, por cierto cada vez a mayor coste y aportando mayores garantías.
En mayo de 2014, muchos de aquellos problemas coyunturales han mejorado: la prima de riesgo ha alcanzado niveles aceptables, la banca se ha ido saneando, el país y las autonomías colocan sin problemas su deuda en los mercados, y los estudios auguran crecimientos del PIB del 1% en 2014 y 1,5% en 2015. Parece ser que entramos tímidamente en lo que los economistas llaman un cambio de ciclo, no exento de problemas estructurales que en Aragón se han manifestado con el incumplimiento del déficit. Se deben ajustar partidas públicas que todavía siguen sin tocarse.
Dicho esto, considero que hoy la Administración debe dar el do de pecho, abandonar los ajustes a costa de sus proveedores y contribuir al crecimiento con una política racional: contraer deudas para activar la economía. El mercado está cubriendo las emisiones de deuda y la banca puede empezar a prestar… Con ese dinero, el Gobierno debe ponerse al día en el pago a las farmacias y al resto de proveedores. Eso aliviará las maltrechas tesorerías de las empresas y las preparará para crear la confianza necesaria que reactivará el consumo y animará la inversión para mejorar su competitividad.
Hay que aprovechar este cambio de ciclo y no conformarse con políticas de ajuste, que ya han demostrado que poco pueden ayudar. Es necesario que la Administración apueste por medidas que fomenten el crecimiento y generen el círculo virtuoso necesario para salir de la crisis poniendo al día las deudas pendientes con las farmacias y las empresas. De esta forma el tejido social y empresarial generará riqueza, empleo y lo devolverá con impuestos derivados del propio crecimiento.
Y para terminar este repaso cronológico, destacar que nos espera, cómo no, un segundo semestre de aúpa con las bajadas de precios que están por venir. Por cierto, un efecto secundario de esta situación, que ya se está notando, es que tanta bajada pone en riesgo el interés de la industria por seguir comercializando algunos de sus medicamentos en el mercado español, con los consiguientes problemas de suministro y desabastecimientos. Ustedes verán…
Francisco Javier Ruiz Poza. Presidente de la Comisión de Sanidad de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Zaragoza.
Última actualización: 25 de junio de 2014
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