Cámara de Zaragoza

La economía española encadena tres años consecutivos con crecimientos por encima del 3%

Madrid (01/03/18). La economía española creció un 3,1% interanual en el cuarto trimestre de 2017, una tasa similar a la registrada en los dos trimestres previos, según los datos de Contabilidad Nacional Trimestral publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística. Este avance permite a España cerrar el año 2017 con un incremento en el PIB del 3,1%, siendo el tercer año consecutivo en el que se registra un avance superior al 3% y se consolida la superación del nivel de PIB previo a la pasada crisis.

Esta situación mantiene a la economía española como una de las más dinámicas de Europa, con un diferencial positivo de crecimiento de 6 décimas porcentuales respecto al conjunto de países de la zona euro (2,5%).

Con respecto al trimestre anterior, el avance del PIB fue del 0,7%, la misma tasa que la registrada de julio a septiembre. De nuevo, la demanda nacional se manifestó como el principal pilar del crecimiento económico, especialmente en lo referido al consumo y la inversión en equipo. Por el contrario, pese a la desaceleración experimentada por las importaciones, el menor avance de las exportaciones ha derivado en una ligera aportación negativa al crecimiento de la demanda externa en el año.

El contexto favorable se ha trasladado al mercado de trabajo de forma muy efectiva. El empleo cerró 2017 con un crecimiento del 2,9% interanual en el cuarto trimestre, tasa similar a la de los dos trimestres precedentes. En total, a lo largo del año se crearon más de 505 mil nuevos empleos (equivalentes a tiempo completo). En este contexto hay que destacar el descenso que ha registrado la productividad del trabajo, que se ha situado en el 0,2%, una décima menos que la alcanzada el año previo.

Perspectivas

Con un contexto internacional más favorable de lo previsto hace algunos meses, y la contención parcial del efecto derivado de la inestabilidad política a la que estuvo sometida la economía española durante el último trimestre de 2017, la Cámara de Comercio de España considera que el avance del PIB durante 2018 podría ser superior al 2,4% estimado hace unos meses. Lo cual, sin duda, repercutirá favorablemente en la creación de empleo, con un incremento estimado de más de 400.000 nuevos puestos de trabajo en el presente ejercicio.

La prolongación del dinamismo queda asimismo avalada por la opinión manifestada por las empresas. En particular, en la Encuesta de perspectivas empresariales de la Cámara de España, las compañías españolas eran manifiestamente más optimistas sobre la marcha de sus negocios en 2018 que el conjunto de sus homólogas de la Unión Europea en todas las variables analizadas – ventas nacionales, exportaciones, inversión y empleo-. En este sentido, nuestro tejido empresarial expresaba su firme voluntad de continuar aumentando sus plantillas durante el año 2018, a ritmos similares a los de 2017 y también por encima del promedio europeo.

No obstante, quedan asuntos graves que urge solucionar para evitar sus efectos negativos sobre la economía. Por un lado, el problema territorial interno persiste. Pese a la celebración de elecciones en Cataluña en diciembre, aún se mantiene la incertidumbre sobre la constitución de gobierno en la Comunidad Autónoma. De prolongarse en el tiempo, esta situación acabará teniendo un impacto negativo en el crecimiento de la economía catalana y, por ende, en el conjunto de la economía nacional.

Por otro lado, hay que destacar que aún se carece de Presupuestos Generales del Estado para 2018. Se trata de la principal herramienta macroeconómica para cimentar las bases del crecimiento a lo largo del año, cumpliendo a su vez con los objetivos de déficit comprometido con las instituciones comunitarias. Su ausencia deja a la economía española en una situación vulnerable que podría tener efecto en la inversión, en el crecimiento y en la creación de empleo.

Finalmente, es necesario poner de manifiesto que cada vez emerge con más fuerza la necesidad de acometer una serie de reformas estructurales de calado para asegurar el crecimiento y el estado del bienestar: reforma de las Administraciones Públicas para aumentar su eficiencia, financiación autonómica, sistema de pensiones, o la necesidad de consensos en materia de educación o energía.

Todo ello sin olvidar que en el ámbito externo persisten ciertos riesgos geopolíticos, como las tensiones en Corea del Norte o las amenazas terroristas, a lo que se sumaría la incertidumbre sobre el desarrollo del proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, circunstancias que podrían suponer una amenaza para la recuperación de la economía global.

Motores del crecimiento

La demanda nacional tuvo una aportación al crecimiento en el último cuarto de 2017 superior a la prevista, superando en 2 décimas a la registrada de julio a septiembre (aportación de 3,2 puntos en el cuarto trimestre frente a los 3,0 puntos de aportación en el tercero). Consumo de los hogares e inversión en bienes de equipo son las partidas más destacadas, con avances interanuales del 2,5% y 7,9%, respectivamente.

Por el contrario, la aportación al crecimiento de la demanda externa se ha reducido hasta tornarse negativa. Esto ha sido así a pesar del menor crecimiento de las importaciones, con un crecimiento interanual del 5,2% (frente al 5,9% del tercer trimestre). Sin embargo, las exportaciones también han registrado un crecimiento más moderado (4,4% interanual frente al 5,6% del trimestre anterior). Como resultado, la aportación negativa de la demanda externa se situó en 0,1 puntos porcentuales.

Última actualización: 1 de marzo de 2018

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