La defensa de las instituciones

La defensa de las instituciones (*)

Instituciones como las cámaras de comercio son capaces de cambiar las cosas y contribuir positivamente a la recuperación de la economía

Jesús Blasco Marqués. Presidente del Consejo Aragonés de Cámaras.

No puedo estar más de acuerdo con la defensa que la presidenta del Gobierno de Aragón hizo de las instituciones en el acto oficial del Día de Aragón en Teruel. Las instituciones democráticas que todos nos hemos dado, han sido, son y deben ser la base en el futuro, del orden jurídico y de la paz social, teniendo claro, además, que no se puede permitir el acoso a las mismas, ni a las personas que las representan (expresión de la soberanía popular), pero también, que la verdadera paz, no se puede encontrar en la ausencia de conflicto, sino allí donde prevalezca la justicia.

Por ello, circunscribiéndome a la materia que me ocupa, y tomando como referencia las palabras de Luisa Fernanda Rudi -«las instituciones son la base de la prosperidad y la libertad, y de ellas dependemos para superar este momento-, me genera confusión por qué, desde los órganos políticos en general, se está desatendiendo a una de ellas y poniendo en cuestión su continuidad.

A lo largo de su historia, las cámaras de comercio han agrupado a todas las empresas del censo público, y han participado en eventos y acontecimientos de índole económico, que las han prestigiado notablemente, y no solo en España, sino en Europa (en Alemania, ejemplo utilizado siempre cuando queremos destacar la excelencia empresarial, son instituciones de relevancia y de elevadísimo prestigio), y en todo el mundo, constituyendo una red general de más de 3.000 cámaras, imprescindible para el desarrollo de la internacionalización de nuestras empresas.

Miles de ellas han desaparecido en estos últimos años, y han ocasionado una importante brecha en un tejido empresarial, que es clave para el crecimiento económico. El paro es una realidad dura y triste que afecta en nuestro país a más de seis millones de personas, pero con especial incidencia en los jóvenes. Tenemos, ahora más que nunca, el deber de seguir apoyando a este segmento de la sociedad en sus ideas y proyectos emprendedores, para que puedan consolidar sus iniciativas y generar mayores dosis de empleo e ilusión.

La labor de las Cámaras en favor de las empresas se hace hoy más necesaria que nunca. Debemos seguir perseverando en las acciones encaminadas a fomentar la internacionalización de las empresas, al tiempo que incorporando nuevas tecnologías e innovación para mejorar la competitividad de las pymes, pues son fundamentales en la regeneración de nuestro tejido productivo. Y cuando haya conflictos, debemos ser la entidad mediadora de referencia, que arbitre las mejores soluciones extrajudiciales para las partes.

Pero para que desde estas organizaciones empresariales (independientes y complementarias a las de la CEOE, como son el tenedor al cuchillo ante un filete que cortar), podamos seguir velando por los intereses de las empresas y por el interés general de la sociedad española, es necesario el apoyo y el sentido de la responsabilidad de quienes toman las decisiones en España, y en Aragón.

En esta coyuntura difícil, todos estamos llamados a realizar nuestra mejor aportación y no podemos quedarnos paralizados, esperando que en Madrid alguien decida el destino de las cámaras aragonesas. Aragón tiene un Estatuto de autonomía que le permite tomar sus propias decisiones. Es, por tanto, el momento de pasar a la acción y de coger la bandera en defensa de las instituciones (como nos dijo la presidenta), instituciones que, como las cámaras de comercio, son capaces de cambiar las cosas y contribuir muy positivamente a la recuperación de la economía.

Me gustaría finalizar subrayando el compromiso de la presidenta de Aragón en Teruel:

“Las instituciones representan a todos y amparan a todos. Nuestras instituciones son la base de nuestra prosperidad y de nuestra libertad. Lo han sido en las últimas décadas y tienen que seguir siéndolo”.

Como he dicho al principio, no puedo estar más de acuerdo con la presidenta. Y quiero concluir recordando que, dentro de las instituciones a preservar, defender y potenciar, están sin duda las Cámaras de Comercio e Industria de Zaragoza, Huesca y Teruel. Las cámaras de Aragón. 125 años nos avalan, y el futuro nos espera.

(*)Publicado en Heraldo de Aragón el día 29 de abril de 2013