¿Podrían las empresas funcionar sin directivos?

Artículo escrito por Xavier Hernández, director del Área de Empresa de Montaner & Asociados y formador del curso Liderazgo y gestión de personas, que se impartirá en la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza los días 22 ,29 de octubre y 5 de noviembre de 2012.

No es la intención de abrir un debate de semejantes características, aunque responde a una inquietud y cuestiones cuyas respuestas aún no hemos encontrado de forma convincente.

¿Cuál es la verdadera función de un directivo en una empresa?

Si tomamos el camino más corto, por ejemplo un buscador de internet, nos encontramos con unas cifras apabullantes.

Si tomamos un índice bibliográfico, veremos que multitud de expertos, bien sea con métodos empíricos o sólo con métodos inductivos o teóricos, nos aportan una gran variedad de funciones, roles, misiones, etc. del directivo.

Sin ánimo de ser dogmáticos, el sentido común nos lleva a pensar que la principal función de un directivo es “Tomar decisiones”

A partir de este elemento básico y fundamental, nacen las versiones y las demás funciones.

Por ejemplo, “Tomando las decisiones propias de su ámbito y delegando las demás”, que implica tener un tipo de perfil, o bien “Tomando las decisiones sobre el destino de una empresa”, que implica una parte de liderazgo, o “Tomando decisiones sobre el tipo de personas que quiere tener consigo”, que implica, incluso, un uso concreto de la potestad y autoridad.

Ahora bien, para poder ejercer la función principal “Tomar decisiones”, y sus relacionadas y derivadas, nos asalta otra pregunta:

El directivo ¿nace o se hace?

Esta pregunta nos la podemos hacer en muchos ámbitos de la vida. (personal, social, profesional). En el caso del directivo debemos tener en cuenta tres aspectos fundamentales:

• Tener el conocimiento ( que incluye la formación en general)

• Tener unas características personales determinadas y

• Lo vivido en el entorno familiar y social

Todo ello, combinado de forma adecuada nos puede dar un perfil directivo, con tanta variabilidad como personas existen. Sin embargo, para poder aprender a gestionar y liderar un equipo hay técnicas que son imprescindibles y que además se pueden aprender.

En una sociedad cambiante los perfiles de directivo, los estilos de liderazgo también cambian. ¿Cuál es el mejor? El que consiga llevar a la empresa donde se haya propuesto; por lo tanto también es variable.

Por lo tanto otro aspecto determinante es lo que se llama “visión de empresa” es decir, dónde queremos estar dentro de unos años. Para llevar a término esta visión necesitamos tener muy claro qué queremos lograr y los caminos por los que nos podemos dirigir. Estamos hablando de propósito, de finalidad, traducida en elementos tangibles.

Descubrir nuestras competencias en estos ámbitos de actuación (Toma de decisiones y Visión de Empresa) nos ayudará a gestionar adecuadamente los recursos, fijar objetivos, liderar equipos, etc. Un equipo necesita líderes enfocados y resolutivos.

Diferenciar el liderazgo y cómo se aplica en las empresas, de la gestión y sus implicaciones, es la clave para ejercer adecuadamente la función directiva, sea cual sea la definición que queramos darle.