Tiempos interesantes

• Editorial de Eduardo Sanz. Responsable del área de Economía de la Fundación Basilio Paraíso

Para la economía española, los primeros días del verano están resultando, como recomienda evitar el viejo y sabio proverbio chino, tiempos francamente interesantes. El inesperado apoyo de la ciudadanía del Reino Unido a la opción Brexit añade una dosis de incertidumbre a la coyuntura actual. De un lado, la salida británica de la Unión Europea ha propulsado una tormenta financiera, sobremanera en los mercados de valores y de divisas. De otro lado, la incógnita abierta acerca de los tiempos y términos del divorcio no parece que vaya a resolverse de forma inmediata, por lo que las estimaciones sobre los efectos político-económicos del abandono británico de la Unión no pueden precisarse con la claridad que sería deseable.

En el plano interno, los resultados de las elecciones generales únicamente han aclarado de manera parcial la formación de un nuevo gobierno. La necesidad de diálogo y acuerdo, reiterada democráticamente por la ciudadanía española, no debe ventilarse, de nuevo, en una nueva convocatoria electoral. El impacto negativo del bloqueo institucional sobre el crecimiento económico y, por ende, sobre el bienestar de los ciudadanos, merece que se alcance un acuerdo de gobernabilidad más pronto que tarde.

Así las cosas, la economía española demanda una agenda de reformas orientada al estímulo del crecimiento, con tres objetivos principales: incremento de la competitividad de las empresas, recuperación de la confianza en las instituciones y disminución de la tasa de desempleo, que debe incluir una atención especial a la desigualdad social. La tarea es ardua y la combinación exitosa de medidas políticas que aúnen seguridad jurídica e impulsos reformistas no es fácil.

Quizá por ello la ciudadanía ha expresado una voluntad de diálogo. Para que el futuro, alejado de tiempos interesantes, se construya entre todos.