Italia: Economía y relaciones comerciales

La economía italiana es la tercera economía de la Unión Europea sólo por detrás de Alemania y Francia y representa el 12% del PIB comunitario. A nivel global, es además la octava economía del mundo, una de las principales economías receptoras e inversoras de flujos de inversión extranjera directa.

Por la proximidad tanto geográfica como cultural, además de los siglos de vínculos históricos, las relaciones bilaterales entre España e Italia son muy estrechas e intensas. La pertenencia común a la UE ha reforzado en las últimas décadas estas relaciones, dando un gran impulso a los intercambios económicos y comerciales mutuos.

La presencia de empresas italianas en nuestro país es notoria y se concentran principalmente en los sectores maquinaria y equipos, vehículos, químico, moda y complementos y productos alimenticios, en los que la «marca Italia» constituye un elemento de gran peso para el consumidor. Del lado español, existen más de 400 empresas en Italia en sectores como el financiero, alimentario, transportes o el de obras públicas.

El comercio exterior entre España e Italia se ha incrementado recientemente. Según datos oficiales, en 2021 las exportaciones españolas a Italia sumaron 26.566 millones de euros, un 28,4% más respecto al dato del año anterior. En 2022, las ventas a dicho mercado ascendieron a 31.482 millones, un incremento del 18,5%. Por su parte, las importaciones hacia España con origen en Italia ascendieron a 22.618 millones en 2021, cifra que supuso un aumento del 27%. Este registro fue superado en 2022, año en el que se alcanzaron los 27.908 millones de euros.

Italia es un mercado desarrollado y maduro de más de 60 millones de consumidores de elevado poder adquisitivo, aunque existen diferencias entre las regiones del norte y las meridionales, caracterizadas por un nivel económico con estándares inferiores. En la actualidad, Italia ofrece interesantes oportunidades para nuestras empresas en, prácticamente, todos los sectores. Además, el elevado grado de apertura comercial del país transalpino favorece los intercambios en ambas direcciones. Los sectores que más están creciendo en Italia son el aeroespacial, agroalimentario, automoción, químico y farmacéutico, bienes de consumo, economía verde y TIC.

El consumidor italiano es exigente y se fija mucho en la presentación, por lo que es importante transmitir una buena imagen de la empresa, desde los catálogos y la web hasta el producto final. En general, buscan productos de alta calidad o que se diferencien por algo.

A la hora de desembarcar en Italia, es necesario buscar uno varios distribuidores (a nivel nacional o regional) o agentes comerciales, que se ocupen de una o varias zonas. Al tratarse de un mercado muy grande, es difícil llegar a todos canales y zonas y con un distribuidor para todo el país no se consigue transmitir la marca. En ocasiones las empresas optan por buscar socios en las diferentes regiones.

Resulta muy importante adaptarse al cliente, realizar pequeñas adaptaciones al gusto del consumidor italiano. La logística cobra especial relevancia para hacer entregas lo más inmediatas posible y determinadas empresas optan por comenzar por el sur como mejor entrada al país porque es donde más aprecian el producto Made in Spain. Ven al producto español como un producto de calidad un poco más barato.

Como características del negociador italiano, destaca que es muy buen negociador, duro, pero empático. A largo plazo son socios fieles y ayudan a encontrar soluciones.

Respecto al pago, se recomienda tener un seguro de cobro porque allí utilizan muchas formas de pago diferentes y «si eres demasiado flexible, puedes sufrir muchos retrasos. Hay que marcar muy bien las reglas.

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